viernes, 22 de enero de 2016

Dinora y Racon (7)


Mientras caminaba agotada escuche una voz a lo lejos, era de una mujer ya madura al parecer. Seguí caminando guiándome por la voz, entre más avanzaba más fuerte se escuchaba, cuando de pronto comienzo a sentir un escalofrió desde la coronilla que recorría toda mi espalda, nunca antes había sentido algo así, inmediatamente después comencé a sentir mucho miedo, como nunca antes, el miedo se apoderaba de mí, tanto que me costaba trabajo respirar.

A pesar de que quiera darme media vuelta y regresar no podía, había algo, no sabía que, algo tan fuerte que me dominaba por completo, mis piernas no me respondía, era una atracción tan fuerte hacia esa voz que no tenía posibilidad alguna, por más que me esforzaba en retroceder, o al menos detener el movimiento de mis pies no lograba absolutamente nada.

Mientras seguía avanzando por el bosque en contra de mi voluntad distinguí un río a lo lejos, la voz cada vez se escuchaba más fuerte y con mayor claridad pero aun así no lograba entender de qué idioma se trataba, mire hacia el río y comencé a ver una luz morada con gran intensidad que tenía destellos rojos y unas formas muy extrañas, cuando instantáneamente el río empieza a cambiar de azul claro a rojo intenso, como si de un río de sangre se tratara, me acerco un poco más, aun no entiendo para que si yo lo único que deseaba era salir corriendo de ahí.

Comienzan a salir burbujas del río y se ve como una persona emerge del río, era un mujer que me miraba con odio, sus rojos estaban igual de rojos que el río, su piel era muy blanco y su cabello muy largo y de color negro, cuando sale por completo del río comienza a gritarme, ahora distingo la voz, es la misma que estaba escuchando hacía ya algunos minutos. La mujer saca una espada del río mientras flotaba ligeramente y con un grito estremecedor se va directamente hacia mí con la espada en alto tomada con sus dos manos, como puedo la esquivo y comienzo a correr lo más rápido que me era posible.
Mientras corría e intentaba esquivar a la mujer esa entre el bosque veo al enano de Guilmot que señalaba con sus regordetes y pequeños dedos un camino que es encontraba hacia la derecha, corro por ahí lo más rápido que puedo, afortunadamente la mujer escaseaba de habilidad para moverse entre las ramas del bosque, pero aún no sé, no lograba despegarme lo suficiente de ella, cuando por fin veo el camino y con la mujer pisándome los talones, aparece Raizul montado en un dragón de color verde esmeralda, exageradamente enorme, aún más que Racon.


Raizul me toma por la cintura y me sube al dragón, quien de inmediato toma vuelo a gran velocidad…

[capítulo 8]

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