lunes, 22 de febrero de 2016

Marbella y Roman (4)

–¿En dónde está mi abrigo mamá? – preguntaba desesperada Marbella
–Pues en donde tú lo dejaste hija – contesto Elvia, la señora kastar mientras buscaba las llaves del coche.
–apúrense todos, tenemos que irnos de aquí lo más pronto posible – dijo Marcus, el señor kastar quien ya estaba en la puerta de la mansión en la cual habían estado por tan solo algunos días y ahora nuevamente tenían que salir huyendo.
–pero no encuentro mi abrigo rosa – grito Marbella
–pues usa el negro Marbella – grito Elvia
–pero ese no combina con lo que tengo puesto.
–Marbella por favor, están a punto de llegar los Karreon y los suyos a hacernos pedazos y tú con tus niñerías.
Cuando Marcus abrió la puerta de la entrada principal, vio como unas bolas de fuego rodeaban la entrada y a lo lejos los vio, eran los Karreon con un ejército enorme de magos y hechiceros.
Cerro la puerta rápidamente, tomo a Marbella del brazo y apresuro a todos para que salieran
–¿Qué está pasando? –pregunto Elvia
–La entrada está ardiendo en fuego, no podremos salir por ahí, intentaremos por la salida trasera, tenemos que apurarnos, son demasiados.
Edwin, el hermano mayor de Marbella, bajo las escaleras corriendo, acaba de escuchar lo que Marcus acaba de decir
–por la puerta trasera tampoco podremos salir – grito apurado – también por ese lado nos atacan, tendremos que usar los túneles que conectan con el sótano.
–¿El sótano?  – Pregunto Marbella  -ni siquiera sabemos que hay ahí
–¿Prefieres morir? – le pregunto Edwin y la miro fijamente a los ojos sin parpadear.
–No tenemos otra opción, hay que darnos prisa, la casa no resistirá mucho tiempo.
Marbella se resistía a entrar en el sótano, pero no le quedó otra opción, su padre la tomo del brazo y la llevo con prontitud hacia la entrada del sótano, Edwin acompaño a su madre y los demás hermanos entraron enseguida.

Lewis quien es 2 años mayor que Marbella fue el último en entrar al sótano, cerró la puerta de un solo golpe y bajo por las escaleras.
El sótano era demasiado grande y contaba con varias salidas y diferentes caminos, era como una casa más escondida en el sótano de una gran mansión,  encontrar la mejor salida que los dejara fuera del alcance de los Karreon, no sería nada fácil, además era un lugar que aún no conocían, ni siquiera sabían si el lugar estaba hechizado o qué clase de seres habitaban ahí, tan solo estaban seguros de algo, era el peor lugar en el que podían estar.

Marbella se había resistido a entrar, ya que durante los pocos días que tenían viviendo en esa casa, “si se le podía llamar así a semejante lugar”, había escuchado constantemente voces demoniacas que la invitaban a ir al sótano, aunque no estaba segura de sí eran reales o las escuchaba en sus sueños le aterraba tan solo la idea de bajar a ese lugar y ahora había sido forzada por su padre y las circunstancias a entrar.
Apenas unos instantes pasaron cuando Marbella comenzó a escuchar las voces, se tapó los oídos con la esperanza de dejar de escuchar, pero los sonidos no llegaban de esa manera, llegaban directamente a su mente y cada vez el volumen era más alto y los sonidos más constantes, hasta que se convirtieron en palabras que no podía entender, pero sentía una fuerte atracción hacia la puerta del lado izquierdo.  

Los sonidos eran tan fuertes que la cabeza comenzó a dolerle se puso las manos a los lados y apretó con fuerza sus cienes, esperando que el dolor cesara, pero no ocurrió, por el contrario, cada vez se hacía más fuerte y de mayor duración, tanto que la doblo.
–¿Qué sucede hija? – le pregunto asustada su madre, mientras intentaba ayudarla a mantenerse en pie.
–son ellos, los mismos que han estado llamándome todo el tiempo desde que llegamos – dijo Marbella con dificultad intentando al mismo tiempo controlar su respiración para aminorar el dolor - quieren que vaya hacia esa puerta – termino Marbella respirando profundamente mientras soltaba un grito desgarrador.
–Pues vayamos a esa puerta entonces – ordeno Marcus el padre de Marbella.
–No – grito con energía Elvia mientras a un sostenía a Marbella e intentaba en vano reconfortar la.
–pero ¿Qué dices madre? –Pregunto Edwin consternado.
–Si esos entes la están invitando a ir a la izquierda, entonces iremos por la puerta que está a la derecha.
–Elvia se razonable – dijo Marcus y la miro amenazadoramente – Iremos por la izquierda –ordeno y miro a sus 4 hijos quienes asistieron con la cabeza.
–entonces ustedes vayan por ese lugar, Marbella y yo iremos por la derecha – dijo Elvia decida a no cambiar de opinión – en algún punto nos habremos de encontrar.  
–Pero debemos mantenernos unidos – dijo Lewis mientras miraba tiernamente a Marbella – no podemos dejarlas solas.
–Créeme hijo que sabemos defendernos.

Marcus se mostró molesto y se adelantó a sus 4 hijos al abrir la puerta y llamarlos a que se apresuran, mientras tanto, Elvia ayudaba a Marbella a avanzar con pequeños pasos a la puerta del lado derecho, al abrirla se escuchó un sonido que tranquilizo a Marbella y la ayudo a recobrar la postura, pero aún seguía escuchando los sonidos de los demonios que la llamaban sin cesar a que acudiera a su presencia.

[Capítulo 5]

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