–¿En dónde está mi abrigo mamá? –
preguntaba desesperada Marbella
–Pues en donde tú lo dejaste hija
– contesto Elvia, la señora kastar mientras buscaba las llaves del coche.
–apúrense todos, tenemos que
irnos de aquí lo más pronto posible – dijo Marcus, el señor kastar quien ya
estaba en la puerta de la mansión en la cual habían estado por tan solo algunos
días y ahora nuevamente tenían que salir huyendo.
–pero no encuentro mi abrigo rosa
– grito Marbella
–pues usa el negro Marbella –
grito Elvia
–pero ese no combina con lo que
tengo puesto.
–Marbella por favor, están a
punto de llegar los Karreon y los suyos a hacernos pedazos y tú con tus
niñerías.
Cuando Marcus abrió la puerta de
la entrada principal, vio como unas bolas de fuego rodeaban la entrada y a lo
lejos los vio, eran los Karreon con un ejército enorme de magos y hechiceros.
Cerro la puerta rápidamente, tomo
a Marbella del brazo y apresuro a todos para que salieran
–¿Qué está pasando? –pregunto
Elvia
–La entrada está ardiendo en
fuego, no podremos salir por ahí, intentaremos por la salida trasera, tenemos
que apurarnos, son demasiados.
Edwin, el hermano mayor de
Marbella, bajo las escaleras corriendo, acaba de escuchar lo que Marcus acaba
de decir
–por la puerta trasera tampoco
podremos salir – grito apurado – también por ese lado nos atacan, tendremos que
usar los túneles que conectan con el sótano.
–¿El sótano? – Pregunto Marbella -ni siquiera sabemos que hay ahí
–¿Prefieres morir? – le pregunto
Edwin y la miro fijamente a los ojos sin parpadear.
–No tenemos otra opción, hay que
darnos prisa, la casa no resistirá mucho tiempo.
Marbella se resistía a entrar en
el sótano, pero no le quedó otra opción, su padre la tomo del brazo y la llevo
con prontitud hacia la entrada del sótano, Edwin acompaño a su madre y los
demás hermanos entraron enseguida.
Lewis quien es 2 años mayor que Marbella
fue el último en entrar al sótano, cerró la puerta de un solo golpe y bajo por
las escaleras.
El sótano era demasiado grande y
contaba con varias salidas y diferentes caminos, era como una casa más
escondida en el sótano de una gran mansión, encontrar la mejor salida que los dejara fuera
del alcance de los Karreon, no sería nada fácil, además era un lugar que aún no
conocían, ni siquiera sabían si el lugar estaba hechizado o qué clase de seres
habitaban ahí, tan solo estaban seguros de algo, era el peor lugar en el que
podían estar.
Marbella se había resistido a
entrar, ya que durante los pocos días que tenían viviendo en esa casa, “si se
le podía llamar así a semejante lugar”, había escuchado constantemente voces
demoniacas que la invitaban a ir al sótano, aunque no estaba segura de sí eran reales
o las escuchaba en sus sueños le aterraba tan solo la idea de bajar a ese lugar
y ahora había sido forzada por su padre y las circunstancias a entrar.
Apenas unos instantes pasaron
cuando Marbella comenzó a escuchar las voces, se tapó los oídos con la
esperanza de dejar de escuchar, pero los sonidos no llegaban de esa manera,
llegaban directamente a su mente y cada vez el volumen era más alto y los
sonidos más constantes, hasta que se convirtieron en palabras que no podía
entender, pero sentía una fuerte atracción hacia la puerta del lado
izquierdo.
Los sonidos eran tan fuertes
que la cabeza comenzó a dolerle se puso las manos a los lados y apretó con fuerza
sus cienes, esperando que el dolor cesara, pero no ocurrió, por el contrario,
cada vez se hacía más fuerte y de mayor duración, tanto que la doblo.
–¿Qué sucede hija? – le pregunto
asustada su madre, mientras intentaba ayudarla a mantenerse en pie.
–son ellos, los mismos que han
estado llamándome todo el tiempo desde que llegamos – dijo Marbella con
dificultad intentando al mismo tiempo controlar su respiración para aminorar el
dolor - quieren que vaya hacia esa puerta – termino Marbella respirando
profundamente mientras soltaba un grito desgarrador.
–Pues vayamos a esa puerta
entonces – ordeno Marcus el padre de Marbella.
–No – grito con energía Elvia
mientras a un sostenía a Marbella e intentaba en vano reconfortar la.
–pero ¿Qué dices madre? –Pregunto
Edwin consternado.
–Si esos entes la están invitando
a ir a la izquierda, entonces iremos por la puerta que está a la derecha.
–Elvia se razonable – dijo Marcus
y la miro amenazadoramente – Iremos por la izquierda –ordeno y miro a sus 4
hijos quienes asistieron con la cabeza.
–entonces ustedes vayan por ese
lugar, Marbella y yo iremos por la derecha – dijo Elvia decida a no cambiar de
opinión – en algún punto nos habremos de encontrar.
–Pero debemos mantenernos unidos
– dijo Lewis mientras miraba tiernamente a Marbella – no podemos dejarlas solas.
–Créeme hijo que sabemos
defendernos.
Marcus se
mostró molesto y se adelantó a sus 4 hijos al abrir la puerta y llamarlos a que
se apresuran, mientras tanto, Elvia ayudaba a Marbella a avanzar con pequeños
pasos a la puerta del lado derecho, al abrirla se escuchó un sonido que
tranquilizo a Marbella y la ayudo a recobrar la postura, pero aún seguía
escuchando los sonidos de los demonios que la llamaban sin cesar a que acudiera
a su presencia.
[Capítulo 5]
[Capítulo 5]
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