martes, 2 de febrero de 2016

La maldición de la familia Burr (3)

El despertador marco las 6:00 a.m mientras Sofía manoteaba intentando apagarlo y solo logro caer de la cama, cuando abrió los ojos vio el rostro de su hermana menor completamente rojo y con gesto enfadado
– ¿Por qué a esta hora? – grito Lisa mientras golpeaba con un conejo de peluche la cara de sofia
– Espera, espera –contestó Sofía intentando agarrar el conejo  – hoy es domingo – dijo Lisa mientras intentaba estirar su conejo que ya había sido interceptado por Sofía
–Los domingos son para dormir – afirmó Lisa mientras gritaba más alto y jalaba con todas sus fuerzas de su conejo – ya debería de dormir sola, ya estoy grande, tú me despiertas todo el tiempo
– No te preocupes – murmuro Lisa, mientras intentaba levantarse y se sobaba el hombro y la cadera – A partir de hoy  ya no dormiré contigo – dijo en voz baja Sofía, haciendo una señal a Lisa para que bajara el tono de voz
– ¿Por qué? –grito Lisa, colocando sus manos en la cintura con gesto preocupado – ¿acaso piensas escaparte otra vez?
–Iré a buscar a mamá – dijo Sofía en voz baja mientras abría las puertas del closet
– ¡Papá! ¡Papá! Sofía se quiere escapar otra vez – dijo Lisa colocándose justo enfrente de la puerta, con los brazos en jaras – no iras a ningún lado, niña – repetía Lisa mientras señalaba con el dedo a Sofía. 

Sofía saco una maleta pequeña del closet, tomo una mochila que tenía sobre el perchero y se agacho para estar a la altura de la pequeña Lisa de apenas 7 años, le tapó la boca y la alejo de la puerta.
–Escucha bien Lisa lo que te voy a decir – mientras le ponía un celular en la mano Lisa se limitaba a mover la cabeza de arriba abajo – si no tienes noticias mías en este celular para el día de tu cumpleaños, marca me al número que está ahí guardado y ´por ningún motivo digas a donde fui.
–pero ni siquiera sé a dónde iras
–es mejor así, solo necesitas saber que encontrare a mamá y la encontrare muy pronto.
–pero tengo que decirle a papá, él nos ha dicho que le contemos todo
–En este caso no hermanita, es la única manera en la que volveremos a ver a mamá – Sofía se levantó y tomo sus cosas, mientras abría la puerta Lisa le jalo los pantalones de la pijama – ¿Iras en pijama a buscar a mamá?  
– ¡No puede ser! –  Dice Sofía entre carcajadas, mientras Sofía se burla de ella – ya basta, ya basta para – va hacia el closet, saca el cambio de ropa que había preparado el día anterior y se viste rápidamente.
– ¿Te vas a ir sin bañar cochinita? – pregunta Lisa quien está sobre la cama, con el conejo de peluche en la cara aun burlándose del despiste de Sofía.
–No hay tiempo para eso, ya lo hare después
– ¿Pero dónde lo harás? ¿Dónde vivirás?
–Aun no lo sé, pero lo sabré muy pronto, tu tranquila, estaré bien y regresare con mamá, confía en mí y recuerda no decirle nada a nadie ¿Estamos?
–Trato hecho jamás deshecho – contesta Lisa con un movimiento de cabeza mientras levanta su dedo meñique para entrelazarlo

Sofía entrelaza su dedo y se despide de Lisa dándole un beso en la frente, revuelve con cariño el cabello de Lisa, toma sus cosas y sale de la recamara procurando hacer el menor ruido posible.
Cuando sale de la recamara se asegura de que nadie la estuviera viendo, baja las escaleras con mucha cautela, esperando que no se le ocurra a sus otras hermanas o peor aún a su padre salir, cuando termina de bajar las escaleras inmediatamente va a la cocina y llena su mochila con algunas galletas y alimentos enlatados, después abre el refrigerador, llena una pequeña hielera con bebidas energéticas, jugos y un poco de hielo encima, se dirige hacia la puerta y cuando sale, mira su casa con nostalgia, sabía muy bien que su padre no le permitiría regresar, era demasiado estricto y de mente muy cerrada.
Sofía camina por 5 cuadras aun sin rumbo, no tenía idea de donde iba a vivir y mucho menos de por dónde comenzar a buscar a su madre, mientras caminaba solo pensaba en lo peor, sabía que tenía que apurarse, ya habían pasado 5 años, las probabilidades de encontrarla eran muy pocas, pero ella sentía que estaba haciendo lo correcto, algo dentro de ella le decía que su madre estaba viva y que pronto la encontraría.

Iba tan metida en sus pensamientos que no se da cuenta que está a punto de ser atropellada por un taxista
–Ten cuidado muchacha – grita el taxista mientras asustado toca el claxon, Sofía sale de sus pensamientos y aprovecha la situación para subirse al taxi –disculpe – contesta asustada mientras se sube al taxi
– ¿A dónde la llevo? – le pregunto el taxista, pero Sofía seguía absorta en sus pensamientos que no escucho al taxista, seguía pensando en cómo encontrar a su madre que ni siquiera había pensado en donde iba a vivir, el taxista insistió por segunda ocasión y Sofía se limitó a contestar aún no se.
El taxista detiene el auto y pregunta por tercera ocasión un poco molesto – señorita necesito saber a dónde se dirige, no puedo andar dando vueltas por ahí nada más, por cierto el taxímetro sigue corriendo – cuando señala con el dedo el taxímetro, Sofía por fin reacciona y regresa a la realidad, necesitaba un lugar en donde quedarse al menos esta noche, un lugar en donde dejar sus maletas para comenzar la búsqueda, no tenía idea alguna cuando de repente recordó a aquella amiga de la universidad que vivía con su novio y que en alguna ocasión cuando estaba tan molesta por las restricciones de su padre, le había ofrecido su casa.

Sofía saca su celular y llama a Lorena, el celular de inmediato la mando al buzón, no recordaba la dirección exacta de la casa de Lorena, pero sabía bien que estaba cerca de la plaza corales, un centro comercial muy concurrido en la ciudad, por lo que Lorena le pide al taxista que la lleve ahí, en el camino vuelve a llamar a Lorena y nuevamente vuelve a mandar la al buzón, cuando llegan a la plaza Sofía comienza a sentirse preocupada, Lorena no le contestaba y no tenía suficiente dinero para pagarse un departamento, tendría que buscarse un trabajo y aun no tenía idea de por dónde comenzar a buscar a su madre, quizás había hecho mal, en que estaba pensando, quizás lo más sensato era regresar a casa, estaba a punto de pedirle al taxista que la regresara a casa, cuando vuelve a sentir esa sensación en el pecho que la abruma y de nuevo escucha esa vocecita dentro de ella que le dice que busque a su madre, que la encontrara, decide seguir adelante, paga al taxista y entra a la plaza.

Mientras camina sin rumbo intentando recordar la dirección o más detalles sobre la casa de Lorena vuelve a llamarla, esta vez el teléfono suena, Sofía se siente esperanzada, probablemente Lorena este en casa, pero nunca contesta, Sofía sigue caminando por  la plaza y entra una tienda de ropa, se sentía muy estresada, no sabía por dónde empezar y mirar ropa y zapatos la ayudaría bastante, Sofía pasa más de una hora viendo y probándose ropa y zapatos  sin poder comprarlos, entonces recuerda con nostalgia que si estuviera en casa con su papá y sus hermanas podría llevárselo todo, era la manera en la que su padre compensaba la falta de atención e interés en ella y sus hermanas.

Su padre tan solo se limitaba a prohibirles cosas y darles dinero,  extrañaba tanto a su madre y quería encontrarla pero no tenía ni idea de cómo ganarse la vida, no sabía en donde iba a vivir, nuevamente los pensamientos negativos se apoderaron de su mente y decidió regresar a casa aún estaba a tiempo, camino hacia la salida de la plaza para tomar un taxi que la llevara a casa, cuando estaba en el estacionamiento de la plaza en la zona de taxis y a punto de subirse a uno, suena su celular, era Lorena, Sofía le indica con la mano al taxista que se vaya mientras le contesta  a Lorena.

–Hola Lore soy Sofy
–Ey sofy ¿Cómo estás? ¡Que milagro!
–Muy bien ¿y tú?
–También muy bien ¿Qué cuentas?
–pues nada, que me escape de casa, jajajaja – con risa nerviosa mientras caminaba por el estacionamiento, se quedó completamente en silencio
–  ah y ¿En dónde te quedaras o qué onda?
–pues no tengo ni idea, ¿Me podre quedar en tu depa esta noche?
–claro burris, el tiempo que necesites, ya sabes ¿en dónde estás ahora?
–En plaza corales
– ¡Perfecto! Te veo en la fuente como en 10 minutos
Después de colgar el celular, Sofía camina al interior de la plaza y espera en la fuente a que llegue Lorena, que llega 15  minutos después con Edwin su novio, Sofía y Lorena se abrazan mientras se saludan, después saluda a Edwin y se dirigen los tres hacia su auto.
La casa de Lorena estaba a menos de 5 minutos de ahí, cuando llegan, Sofía deja sus maletas en la habitación que Lorena le indico y se sientan a desayunar.
–y luego Sofy ¿Por qué escapaste de tu casa? – le pregunta Lorena mientras sirve jarabe de chocolate en el cereal
–pues porque mi papá ya me tiene harta, no me deja salir a buscar a mi mamá y me cuida como si fuera una niña
–pero eso ha sido siempre ¿Qué paso ahora que por fin tomaste la decisión?
–pues que ya soy mayor de edad y ya no puede andar mandando a los policías y a servicios del menor a por mí.
–Ey que bien, muchas felicidades y ¿Ya sacaste tú credencial? – Sofía lo niega con un movimiento de cabeza–podríamos ir mañana, después de la última clase ¿Te parece?
–vale
Lorena levanta su plato de la mesa y lo deja en el fregadero,  cuando Edwin y Sofía hacen lo mismo, Lorena pregunta: – ¿Entonces a donde iremos o  qué haremos hoy? – después de unos minutos de silencio, Sofía sugiere con timidez – ¿Podemos ir cierta gasolinera? – Edwin pone expresión de interrogación y voltea a ver a Edwin, Sofía se queda mirando a los ojos a Lorena indicándole con gestos “Ya sabes de cual gasolinera estoy hablando?
–Ay sofia – dice Lorena en tono de tristeza
–Por fa, si, porfa
–Está bien vamos
Los tres suben al auto de Edwin y se dirigen hacia la gasolinera en donde la mamá de Sofía fue vista por última vez.

 Al llegar a la gasolinera, Sofía se baja corriendo del auto, entra a la tienda y después a la gasolinera y revisa todo minuciosamente, pero no logra encontrar nada.
Justo cuando sale del baño entra un hombre, aparentemente un cliente, pero Sofía lo ve muy sospecho y recuerda haberlo visto en muchas ocasiones merodear por su casa, por la universidad y por el colegio de sus hermanas, de hecho él fue uno de los motivos para que el papá de Sofía las tuviera tan vigiladas.

Lorena jala del brazo a Sofía y le dice –vámonos, rápido, es el hombre ese no? – Mira directamente a los ojos muy preocupada a Sofía y la vuelve a jalar – podría hacernos daño Sofía, vámonos
Pero Sofía no hace caso y sigue al hombre, en cuclillas y escondiéndose detrás de los aparadores, lo ve entrar a una bodega y entonces lo pierde de vista, Sofía se aproxima rápidamente a la Bodega y no encuentra ningún rastro del hombre, entonces va al final de la bodega y encuentra el anillo de matrimonio de su mamá y un collar que le había regalado su abuela, Sofía se inca en el suelo y comienza a llorar, no podría creer lo que veía, se sentía muy triste, pero aun tenia esperanza de encontrar a su madre, además de tristeza sentía coraje, no creía posible que todos los estúpidos e ineptos policías, detectives privados y a cuanta persona contrato su padre, no hubieran dado con las joyas de su madre.

Mientras se secaba las lágrimas escucho un ligero ruido como una explosión y de repente solo vio humo de color azul celeste.
Edwin y Lorena escucharon también la explosión y entraron rápidamente a la tienda, le preguntaron al tendero quien se dirigía corriendo afuera de la tienda
– ¿De dónde viene esa explosión?  – el tendero se limitó a señalar con el dedo la bodega y se fue corriendo, nunca más lo volvieron a ver.

Lorena y Edwin se dirigen hacia la bodega y no encuentran por ningún lado a Sofía, tan solo ven un poco de humo que ya se está disipando, se acercan y Lorena se agacha en cuclillas, entonces encuentra un collar con las iniciales de su nombre que Sofía siempre usaba y un anillo que le había regalado su mamá, junto con eso encuentra un anillo de matrimonio al parecer y otro collar, por la manera en que lucían y por algunos recuerdos Lorena cree que podrían ser de la mamá de Sofía.
Lorena da parte a las autoridades, cuenta lo sucedido y entrega las joyas, en cuanto el padre de Sofía se entera además de enfadarse y sentirse devastado al mismo tiempo, nuevamente contrata a cuanta persona puede y comienzan la búsqueda de Sofía, el único sospechoso, fue ese hombre a quien Sofía siguió hasta esa bodega.

La gasolinera y la tienda fueron cerradas definitivamente y  toda la ciudad entra en pánico ¿Cómo es posible que las personas desaparezcan así nada más y de un lugar en el que la única salida está a la vista de todos. 

[capítulo 4]

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