martes, 23 de febrero de 2016

Marbella y Roman (5)

Marbella ya no necesito más la  ayuda de su madre mientras seguían avanzando por el pasillo, entre más se alejaban menos se escuchaban esas voces que tanto atormentaban a Marbella.
– ¿Te sientes mejor hija? – pregunto Elvia aun mortificada por el estado de su hija
–Sí madre, ya ni los escucho – dijo Marbella intentando mostrarse  tranquila ante su madre, pero en el fondo algo le preocupaba, su padre “tan testarudo que es” y sus hermanos de seguro no la estaban pasando nada bien.

Llegaron al final del pasillo y tan solo había una puerta enorme con unas grandes cerraduras y una imagen sobresaltada de una mujer con lo que parecía ser una luna llena muy luminosa por la cual se reflejaba una luz de color rosa entre más se acercaban.
Elvia se sentía desconfiada respecto a abrir esa puerta, pero Marbella tuvo un buen presentimiento y ni siquiera pensarlo tomo la aldaba de la puerta con ambas manos que se situaba justo debajo de lo que parecía ser una luna llena y  la hizo sonar 3 veces.



  El escenario no era para nada alentador, estaban ahí en el piso inconscientes Román y Bartys, junto a un montón de enormes arañas que se amontonaban dispuestas a devorar los, cuando una de las arañas, la misma que había mordido a Román en la cabeza estaba a punto de saborear su festín, se escuchó una explosión relativamente cercana que distrajo a las arañas de su cometido, cuando voltearon asustadas para ver lo sucedido, unas bolas de fuego comenzaron a golpearlas directamente, las pocas que salieron ilesas se dispersaron y huyeron rápidamente.

Bartys y Román salieron ilesos, además de estar en el piso habían sido protegidos por las mismas arañas que estaban a punto de devorar los, cuando el fuego se disipó comenzaron a caer picos de hielo y comenzó a soplar un aire muy helado, que despertó ligeramente a Román quien luchaba por su vida envenenado y con una herida en la cabeza, intento al menos sentarse pero no logro despegar la cabeza del piso, el esfuerzo que acaba de hacer había sido demasiado que se había vuelto a desmayar, por su parte Bartys continuaba inconsciente.
De pronto el hielo comenzó a derretirse y al volverse de agua de esta salió un hombre muy viejo con una larga barba y un bastón que usaba para apoyarse, camino muy lentamente y se acercó a Bartys y Román
       
–Por las fauces de macumba – murmuro con un gesto de negación, mientras se agachaba lentamente cerca de la cabeza de Bartys – esto no es posible, unas torpes arañitas los dejaron así – suspiro y  se movió un poco quedando  justo en medio de Bartys y Román, levantó su bastón y gritó algo impronunciable, minutos después recuperaron la consciencia, Bartys logro levantarse lentamente, mientras recordó lo sucedido miró la expresión de decepción del viejo que tenía enfrente.

–Gran Kastar, la situación se ha salido de control – intentó excusarse Bartys con gesto apenado y la cabeza gacha – no sé qué ha pasado, me la han puesto difícil con este niño.  
–Menos mal que llegue a tiempo – le dio unos ligeros golpecitos  – este muchacho no despierta – se agacho mirando el rostro de Román – aparte de inútil, perezoso – negó con la cabeza
–Ya se había envenenado – dijo Bartys levantando los hombros – quizá necesite algo mas
–Dale esto – saco de su túnica una botella de vidrio pequeño de color índigo

Bartys la tomó y le dio de beber a Román, esperaron unos minutos, cuando recobro la consciencia se sentó rápidamente y con fuerza comenzó a vomitar expulsando asquerosamente parte del veneno.
Después de vomitar, miro a  Bartys y al Mago quien es el abuelo de Marbella y comenzó a gritar  asustado se puso de pie e intentó correr, pero tropezó y terminó en el piso, Bartys se movió ligeramente para ayudarlo a levantarse, pero el señor Kastar le indico con la mano que se detuviera
–Será mejor que yo me acerque, creo que lo asustare menos – caminó lentamente y se acercó a Román quien gateaba jadeando por el piso – tranquilo hijo soy Marcus Kastar, el….
–No, no, usted no es el papá de Marbella – grito Román mientras se alejaba asustado recargándose en la pared
–soy el abuelo de Marbella, ella me llama “granlito”
Cuando escucho el nombre Román se acordó de Marbella y mágicamente la serenidad y las fuerzas volvieron a él, recobrando la compostura, miró fijamente a Marcus y lo reconoció de algunas fotos que Marbella le había enseñado
–Oh si recuerdo algunas fofofo… – comenzó a tartamudear apenado –fotos que Marbella me mostró,  que pena señor que me vea así, pero… – se froto la cabeza y sintió mucho dolor, aun tenia sangre y la herida estaba abierta
–No te preocupes, ahora lo importante es llegar a mi refugio y curarte esa herida – lo miro fijamente con gesto preocupado – pero… será mejor que lo hagamos a mi manera, agárrense de mi

Los tres fueron tele transportados al refugio del Gran Kastar. 

[Capítulo 6]

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